Para empezar, no debí haber leído este libro, al menos no en la madrugada ya que soy muy sensible, y es por eso que odio los libros motivacionales o inspiradores, porque me dejan llorando por razones que no deberían.
Pero bueno, no voy a narrar todo el libro, porque este no es un espacio para llorar. Tiene como título: “El Camino de Las Lágrimas” y es básicamente una serie de consejos para superar una pérdida, ya sea la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, desempleo, etc… Todos los eventos tristes que nos podamos imaginar.
Buena finalidad, mal proceso, al menos para mí.
Entre todo lo que el libro explica, hay una historia que realmente me pareció muy interesante y es de la que quiero hablar en esta oportunidad. Cuenta el caso de 6 mineros que quedaron atrapados en la mina luego de un derrumbe, y que por la experiencia sabían que solo tenían oxígeno para más o menos 3 horas mientras los demás trabajadores que estaban en el exterior los rescataran. Se tendieron en el suelo para evitar malgastar energía y esperar. Para suerte (o infortunio) de entre los 6, solo 1 poseía reloj y este era continuamente atacado con preguntas tipo: ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Cuánto nos queda de vida?
El jefe del grupo, sabiamente ordenó que el tipo del reloj fuera el único que llevara este registro y que les informara cuando pasase cada media hora. Así lo hizo, pero en el primer aviso, todos entraron en pánico y el ambiente no resultaba nada favorable; así qué, el relojero decidió sin consultarle a nadie que al momento de anunciar que otra media hora había pasado, en realidad habían sido 45 minutos, y luego una hora.
Al parecer está decisión había funcionado, ya que los mineros ahora se preocupaban más en “lo lento que pasaba el tiempo" que en el mismo oxígeno; sin darse cuenta, las 3 horas que habían calculado se convirtieron en casi 6, y cuando el equipo de rescate por fin los encontró, sacaron a 5 mineros con vida y el que había muerto de asfixia, fue nada más y nada menos que el que tenía el reloj.
Una historia por más que curiosa, el libro afirma que es real (no lo sé), pero que sin duda alguna nos deja pensando en lo poderosa que puede ser nuestra cabeza.
Esto me hace pensar en todas las caricaturas y películas donde el villano incluía un botón de autodestrucción en medio de su poderosa maquinaria y terminaba siendo esta la que lo hacía perder y no su heroico rival.
Navegando por internet, encontré datos sobre dispositivos electrónicos que tienen la función de autodestrucción, pero esta se utiliza cuando el dueño ha sufrido robo del mismo o ya si es un espía y quiere eliminar cierta información, algo que no es nuestro caso.
Entonces, ¿Para qué serviría tener en nuestras cabezas un interruptor que nos destruya a nosotros mismos?
Si hay alguien sabe de tecnología por aquí y pueda ampliarnos sobre estos usos, será bienvenido; de lo contrario, no tiene ningún beneficio para la salud.
🤔¿Cómo nos autodestruímos?🤔
》No cuidando nuestra alimentación y no haciendo ejercicio: No se imaginan cuántas veces me he quejado porque tal ropa no me queda bien, porque se me sale un rollito al sentarme, porque fulana se ve mejor que yo (problemas de chicas) pero, ¿qué estoy haciendo para verme mejor? No me salgan con el cuento de que hay que amarnos tal como somos y bla bla bla… Claro que hay que tener amor propio, pero es este mismo el que nos lleva a preocuparnos por nuestra salud.
En serio te ánimo a que hagas ejercicio y cuides tu alimentación, no se trata de rutinas de ejercicio a lo Shuashenegger o la dieta del queso, para nada; es que veas tu cuerpo como tu hogar y procures hacer de él el mejor lugar para que vivas.
Si quieren saber de buenas rutinas de ejercicio para ponerse 👌, les recomiendo a mi amiga Lala, gracias a ella, me duelen las esquiotibiales, y ni siquiera sé qué son.
》Llevando el conteo de encierro y estadísticas: Evita ver tanta noticia, y si es negativa, mucho menos, en la situación que actualmente vivimos, esto nos va a matar antes que la enfermedad.
》Cree todo lo que dicen en internet: Hace un par de años, me había desvelado mitad haciendo tareas y mitad con una fuerte migraña, pero tenia tanto qué hacer que no podía darme el lujo de descansar; así qué, a una botella pequeña de gaseosa le puse una cucharadita de café y llegué a estar a una vomitada de mi peso ideal. Luego me dio una fiebre que me sentía como Mabel después de haber comido 200 sonrisas dulces.
Todo esto gracias a un remedio milagroso que encontré en internet. No te autodiagnostiques, no te automediques, no hagas caso a lo que los expertos de todas las páginas web dicen, porque ahora en día, todos somos expertos de cualquier cosa.
Realmente me cautivó la absurda muerte del minero, que al parecer su mente tenía el control de todo y su brillante idea le salvó la vida a sus compañeros, pero no fue efectiva en sí mismo.
Tener el control sobre nosotros mismos es clave, no te dejes envenenar por tu propia cabeza.
Xiomy Mendoza. ⚘
Muy bonito como siempre
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